JUAN LUIS RECIO
No sé si sabrá que las ventas de salsas picantes han crecido un 25% en los últimos años. La verdad es que pueden ser un complemento de los alimentos como la sal, sazonados u otros ingredientes que acompañan en la alimentación. Además, la apuesta por innovar con diferentes sabores hace que estas salsas se acerquen incluso a los que no les gusta el picante. Así que vamos a hablar hoy del uso creciente de salsas picantes y pondremos un ejemplo concreto para ello, Salsas Quietud.
Y es que en un mercado cada vez más exigente, los consumidores buscan decantarse por productos que aporten un punto diferencial y que a su vez se pueda utilizar con diferentes alimentos. Sólo así serán capaces de ganar esta cuota en la puerta de la nevera como producto fijo para el consumidor. Cada día cobra más fuerza entre estos consumidores los valores propios de cada marca, lo que transmiten. Conceptos como la sostenibilidad, el fabricado a mano o con productos naturales y, por supuesto, ingredientes de la tierra.
En este contexto, Salsas Quietud llegó al mercado hace poco más de un año y en ese tiempo haciendo homenaje a su propio nombre que evoca tranquilidad y calma, ha ido ganándose al consumidor por una apuesta por estos valores. Julio Estalella es el fundador y CEO de la marca. Un emprendedor senior apasionado de la gastronomía y conocedor de los alimentos y de la cocina que decidió apostar por la innovación enfocada a un nicho muy concreto: las salsas picantes.
La innovación de Salsas Quietud reside en su apuesta por crear un producto en forma de salsas picantes premium y gourmet, de primera calidad y en el que sus valores fundamentales residen en la elaboración artesanal, natural, con productos locales de la tierra de Andalucía y en el que el factor diferencial es su apuesta por el sabor. Nace así las salsas picantes con sabor. Es un hecho que la venta de salsas picantes en España y en el mundo han experimentado un crecimiento exponencial del 25% en los últimos años. Esto se debe a que cada vez más público se decanta por este producto como condimento de sus comidas y también de sus bebidas.
«La salsa picante puede ser un acompañante de la comida y sustituir a otros como la sal o cualquier tipo de sazonado, especia o ingrediente complementario», explica Julio Estalella. En la búsqueda de ese factor diferenciador que es el sabor, Quietud hace sus salsas picantes en un proceso de fermentación lo que le permite explotar los nuevos sabores. Una elaboración artesanal que apuesta por la maduración del producto a través del tiempo. Sólo con esta calma se puede conseguir un sabor único en el mercado.
Además, Salsas Quietud ha apostado por el vinagre de Jerez como ingrediente clave en la fórmula de su producto. La idea de Julio Estalella era la de llevar al excelente vino de Jerez un paso más allá e introducirlo como pieza clave de otros derivados, en este caso la salsa picante. Sólo innovando y proponiendo un concepto nuevo como es el del sabor, Quietud está convenciendo a muchos consumidores que aún sienten propio el tópico de «a mi no me gusta el picante». Y es que el uso de estas salsas picantes no tiene por qué ser desagradable ni fuerte. De hecho entre el abanico de variedades que ofrece la marca española, se encuentra una de sus salsas más vendidas, «Melosa», que ofrece un sabor dulce a la vez que un toque picante.